HMS Invincible de Inglaterra


El HMS Invincible era un buque de tercera clase de 74 cañones de la Royal Navy, fue el segundo en usar ese nombre, construido en Deptford en 1765, fue botado el 9 de marzo de ese mismo año, nada mas finalizar la Guerra de los Siete Años. Durante su no muy larga, pero a veces intensa carrera, sirvió en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, en la batalla del Cabo San Vicente en 1780, en Chesapeake en 1781 y en San Cristóbal en 1782. Estando también presente en el Glorioso Primero de junio de 1794, donde fue gravemente dañado y perdió catorce hombres, y en la invasión de Trinidad en 1797, capturando esa isla a los españoles. Por lo tanto, en 1801, el HMS Invincible tenía 36 años y un orgulloso historial.

En marzo de 1801, la guerra contra Francia entraba en su octavo año, sin resultado para ninguna de las dos naciones. Debido a que la poderosa potencia naval de Gran Bretaña y el ejército casi invencible que poseía Francia, no podían enfrentarse directamente, gran parte de la acción fue indirecta. Gran Bretaña subvencionó a países continentales para que llevaran a cabo acciones militar contra Francia, mientras que ésta hacía hizo todo lo posible para dañar el comercio de Gran Bretaña y dañando así su riqueza.


El miedo de Londres era que los franceses se aliaran con la poderosa armada danesa y la usaran contra Gran Bretaña. La flota del Báltico, a las órdenes del almirante Sir Hyde Parker con Nelson como su segundo, fue dirigida a Copenhague para asegurarse de que la flota danesa no cayera en manos francesas. El HMS Invincible formaba parte de esta flota. Salió de Chatham con una tripulación de 600 hombres, recalando en Yarmouth para recibir las últimas órdenes y abastecerse de municiones y pertrechos. Finalmente, el 16 de marzo de 1801, abandonó Yarmouth Roads para unirse a la flota. Llevaba a bordo al contraalmirante Thomas Totty, siendo su capitán John Rennie. 

El curso del barco desde Yarmouth la llevó a través de una zona de arenas movedizas frente a Happisburgh, en la costa noreste de Norfolk. Tanto el capitán como el piloto pensaron que podían navegar a través de los bancos de manera segura, pero un viento en ascenso y la fuerte marea forzaron a la nave a desviarse. Aproximadamente a las 14:30, el HMS Invincible golpeó el banco de arena llamado Hammond's Knoll, parte del complejo y traicionero Happisburgh Sands. La tripulación hizo todo lo posible para salvar la nave. Se deshicieron de las provisiones y cortaron los mástiles, con la esperanza de que ella flotara en la arena a gran altura. Parecía que esto funcionaría, pero no fue así. El futuro se veía muy sombrío. Lo único que podía hacer la tripulación era usar las bombas y tratar de mantener la mayor cantidad posible del barco fuera del agua, luego rezar para que los rescataran. De hecho, se podía haber esperado el rescate, ya que el naufragio tuvo lugar a unas pocas millas de la costa, y el frecuente disparo de las armas como señal de socorro debe haber sido audible en un área amplia.


El Cazador, en su camino a Yarmouth, respondió la señal de socorro, pero solo el Nancy, un pequeño bote bacaladero, acudió en su ayuda. El capitán del Nancy, David Grigson, ancló su barco cerca y le ofreció toda la ayuda que pudo. A medianoche, estaba claro que no se podía hacer nada más para salvar al Invincible. El Nancy se hizo cargo del contraalmirante Totty, mientras el Invincible lanzaba sus lanchas de salvamento, llenas de hombres, que fueron arrastradas al mar, afortunadamente, la mayoría fueron recogidos al día siguiente por un collier. 

Aún así, el Nancy esperó, con la esperanza de rescatar a más tripulantes al hacerse de día. Pero al amanecer, el Invincible se hundió repentinamente. Algunos miembros de la tripulación saltaron al mar, el capitán Rennie, el último en abandonar el barco, intentó nadar, pero fue tarde, se sintió abrumado por el frío y el cansancio. Los que estaban cerca lo vieron levantar las manos hacia el cielo, colocarlas sobre su rostro y hundirse tranquilamente bajo el agua.


Así describió el Almirante Totty los últimos momentos del Invincible en su informe para el consejo de guerra:

“Al amanecer del martes, observé que el Invincible no tenía ni un solo barco cerca, ni a su costado ni a popa, y la marea corría tan fuerte que era imposible acercarle el bacaladero. En el momento en que la marea aflojaba, se acercó a la popa del Invincible, esforzándose por todos los medios posibles para acercarse a ella; pero antes de que se pudiera lograr, el barco se hundió a trece brazas, y de las 600 personas que pertenecían al Invincible, la mayoría no pudieron ser salvados. Me entristece mucho informarle que el capitán Rennie estuvo entre los ahogados; con su muerte, el servicio ha perdido a un oficial verdaderamente celoso e inteligente. El horror de la escena en el momento en que el barco se hundió, supera con creces todo poder de descripción”.

Entre los que habían llegado al Nancy o al collier y que fueron desembarcados en Great Yarmouth, murieron algunos, probablemente debido a la temperatura excesivamente fría del agua del Mar del Norte. En total, se perdieron más de 400, en comparación con los 256 que murieron en la Batalla de Copenhague. En su camino a casa, Nelson todavía tendría tiempo para visitar a los hombres del Invincible que se encontraban heridos en el hospital de Yarmouth.

Durante días, los cuerpos fueron arrastrados a lo largo de la costa. La mayoría fueron llevados en carros al cementerio de Happisburgh, donde fueron enterrados en una enorme tumba comunal sin nombre en un terreno no consagrado al norte de la iglesia. De todos los que se perdieron, solo seis recibieron un entierro adecuado en el cementerio de Winterton. Muchas barricas se vieron flotando en el mar después del naufragio. Los oficiales de aduanas comprobaron que contenían brandy. En el consejo de guerra, se descubrió que el barco se había perdido debido a la ignorancia de los dos pilotos (ambos se ahogaron). La conducta de todos los demás a bordo, desde el Almirante hasta el marinero más joven, fue descrita como "altamente meritoria".

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