Junkers Ju-87 Stuka


A pesar de que el concepto de bombardero en picada fue inventado por los estadounidenses, los alemanes lo tomaron y lo utilizaron mucho más eficientemente. Cuando la Luftwaffe planteó las especificaciones, varias empresas alemanas de aviación presentaron sus prototipos: el Arado Ar-81, el Blohm und Voss 137, el Heinkel He-118 y el Junkers Ju-87. Las pruebas descartaron rápidamente a los dos primeros, quedando los prototipos Heinkel y Junkers como finalistas. 

El Ju-87 fue el ganador debido a lo robusto de su diseño; era un verdadero avión especializado, justo lo que buscaba la comisión técnica. Por el contrario, el modelo Heinkel era más bien un avión de ataque a tierra que podía ser adaptado como avión de bombardeo en picada. Este mítico avión hizo su primer vuelo en 1935, y tuvo su bautismo de fuego durante la guerra civil española, donde 14 ejemplares de la Legión Cóndor, con un motor de 640 caballos entrenan pilotos, adquiriendo fama y conmocionado al mundo, en la acción sobre Guernica, donde por primera vez se toma a la población civil, como un objetivo militar. Las consecuencias sobre la moral del enemigo son estudiadas detenidamente por los militares de la Legión Cóndor, llegándose a la conclusión de que una acción así, puede rendir ejércitos enteros. No se equivocaban los expertos alemanes, la táctica se repetirá en Rotterdam, y rinde a todo un país: Holanda.


Un dato poco conocido es que el Stuka tuvo el dudoso honor de ser el avión que inició la Segunda Guerra Mundial, realizando la primera operación de bombardeo y el primer derribo de un avión enemigo. Aunque se tiene por oficial las 04:47 (hora de Polonia), en la cual el acorazado Schleswig-Holstein comenzó el bombardeo en el puerto de Danzig, 21 minutos antes, una escuadrilla de aviones Stuka había despegado de una base de Prusia Oriental.

El trío de Stukas, estaba dirigido por el teniente coronel Bruno Dilley. Cada uno de los aparatos cargaba una bomba de 250 kilogramos y 4 más, de 50 kilogramos, bajo las alas. Su objetivo era un puente de hierro sobre el río Vístula, a solo 8 minutos de vuelo, de manera que llegaron antes de que el acorazado disparara. El mencionado puente sobre el Vístula no era un blanco difícil, ya que era el punto más vulnerable de los 100 kilómetros de vía férrea que comunicaba Alemania y Prusia Oriental. Sabiendo esto, los polacos tenían dispuestas cargas de demolición, de manera que, apenas se diera la orden, el más importante paso entre ambos países quedaría cortado.

La misión de los Stukas era, justamente, cortar el cable que unía las cargas con los ingenieros encargados. De esta manera permitirían que, más adelante, formaciones ferroviarias cargadas de tropas y suministros pudieran llegar a Polonia de manera más directa y rápida. Los aviones realizaron su labor, volando a solo 10 metros de altura y cortando el cable, además de destruir las casetas que protegían los puntos de detonación. Sin embargo, su esfuerzo fue en vano, ya que la formación que debía utilizar el puente se atrasó tanto que los polacos tuvieron tiempo de volver a empalmar los cables. A las 06:30 de la mañana, justo cuando llegaba el tren alemán, los defensores lograron dinamitar el puente.

A las 04:45, otro Stuka fue el encargado de dar el primer derribo aéreo a la Luftwaffe. A pesar de no ser un caza, este se dio de manera algo sencilla. Dispuestos a atacar el aeropuerto de Cracovia, esta formación pasó sin darse cuenta por un aeródromo avanzado secreto, en los cuales la Fuerza Aérea Polaca había dispersado sus fuerzas. Dos oficiales polacos despegaron al oír los motores enemigos, y persiguieron a un Stuka sin darse cuenta de que otro se les acercaba por detrás. Uno de los aviones fue alcanzado, explotando al instante. Curiosamente, el otro, al huir, se encontró casualmente con dos bombarderos alemanes, a los cuales atacó y derribó.

Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, se había sustituido el motor por uno mucho más potente: un Jumo de 1200 CV con inyección directa, con el que se solucionan los problemas de funcionamiento del carburador de flotadores en maniobras de g-negativa. Esta versión será la Ju-87B, sustituyendo a la Ju-87A.


El Stuka es un bombardero en picado tripulado por un piloto y un artillero/observador sentados espalda contra espalda. El armamento defensivo consiste en dos ametralladoras MG 17 de 7.92 mm en las alas disparadas por el piloto y una ametralladora MG 15 de 7.92 mm apuntando hacia atrás, alimentada por un peine de 75 disparos y manejada por el artillero. Estas armas son las que se instalaban en los aviones durante la Gran Guerra, aunque de fabricación mucho más moderna. En los inicios de la Segunda Guerra Mundial, debido a las fuertes restricciones impuestas al armamento en el Tratado de Versalles, muchos aviones alemanes montaban el calibre que tan bien había funcionado en la anterior guerra.

Los aviones fabricados en la década de los 30, del siglo pasado, ya no son esas frágiles estructuras de madera y tela con las que volaban en la anterior confrontación. Los aviones de 1939 son enormes aparatos metálicos que mejoran en mucho triplican la velocidad de sus abuelos, las armas del calibre 7.92 alemán, o de .303 inglés son poco potentes, su alcance demasiado corto y la velocidad de salida de los proyectiles demasiado baja para que estas municiones sean efectivas.

Pero las fuerzas alemanas en los primeros meses de 1940 se enfrentan a los ejércitos polaco, francés, belga y holandés, mal equipados, mal dirigidos y con tácticas heredadas de la Primera Guerra Mundial, cuyas fuerzas aéreas son rápidamente destruidas. Esto deja expedito el camino al rey de la primera fase de la guerra: el Stuka.

El Ju-87 fue diseñado como uno de los dos actores principales de la táctica blitzkrieg (guerra relámpago) ideada por los generales alemanes durante el período de entreguerras. Para ello, el Stuka monta un tren de aterrizaje no retráctil fabricado con barras rígidas del mejor acero alemán, lo que le da la capacidad de aterrizar y despegar desde prácticamente cualquier terreno llano lo suficientemente largo. Esto le permite no tener que depender de aeródromos, siendo capaz de proveer de apoyo inmediato a la blitzkrieg. Gracias a esto, las columnas blindadas alemanas pueden avanzar por Europa sin apenas oposición, ya que los Stukas doblegan cualquier intento de posición defensiva horas antes de que el ejército deba atravesarlo.

Los aliados aprenden una amarga lección; la guerra estática donde la infantería y la artillería son las fuerzas que determinan el resultado muere en las Ardenas, en Rotterdam, en el cruce del Mosa, en Dunkerque. Las bombas de los Stukas cambian el curso de la historia.

Como armamento de bombardeo el Stuka carga una bomba de 500 kg en una horquilla entre las patas del tren de aterrizaje. La horquilla en la que se coloca la bomba tiene la misión de evitar que la bomba atraviese la enorme hélice del Stuka. Además, puede cargar 4 bombas de 50 kg en las alas reduciendo en gran medida su alcance.

En la guerra civil española se detectan las dificultades para salir del picado tras soltar la bomba, el procedimiento de picado está bastante automatizado, de no ser así, sería casi imposible de realizar excepto para los mejores pilotos. En primer lugar ha de fijarse la altitud de salida del picado, normalmente 450 metros; una vez fijada, estando en vuelo recto y nivelado se accionan los frenos de picado, que provocan que el avión pique de inmediato; en ese momento, el piloto tiene que ajustar el ángulo de picado comparando unas marcas en los cristales laterales con el horizonte y apuntar manualmente el avión sobre el objetivo usando la mira de las ametralladoras; cuando la luz de advertencia del altímetro se enciende, el piloto pulsa un botón sobre la palanca de mando, y el avión suelta la bomba y sale del picado sin que el piloto tenga que hacer nada hasta que el avión vuelva a encontrarse en vuelo nivelado.

Este tipo de bombardeo consigue una enorme precisión, permitiendo meter la bomba en un radio de 5 metros alrededor del objetivo, siendo además muy seguro para el piloto debido a la salida automática del picado. Al Stuka se le acoplaba una sirena movida por viento en el carenado del tren de aterrizaje, llamada Trompeta de Jericó, que emitía un sonido ululante a gran volumen durante los picados, lo que causaba verdadero pánico a todos los que la oían.

La decadencia del Stuka comienza en la segunda mitad de 1940, durante la Batalla de Inglaterra, la cual siempre ha sido muy complicada de atacar debido a su privilegiada situación insular, además, mientras la guerra se desarrollaba en Europa, habían tenido casi un año para prepararse. Alemania sabe que para poder cruzar el canal es fundamental conquistar la superioridad aérea y, para ello, el 15 de Agosto de 1940 envía una enorme flota de cazas y bombarderos a atacar objetivos militares del sur de Inglaterra. Este bombardeo es devastador para la isla, pero también para el Stuka, entre el 15 y el 18 de Agosto son derribados 41 Stukas, su baja maniobrabilidad, su escasa velocidad y sus pobres defensas, le hacen demasiado débiles ante los poderosos y rápidos Spitfire de la RAF. El día 19 se ordena retirar a todos los Ju-87B de las operaciones sobre Inglaterra hasta que se gane la superioridad, cosa que no se conseguiría jamás.


Mientras el Stuka combatía en los campos de batalla de Europa, se ha estado diseñando una mejora, que entra en servicio en el año 1941, para participar en las batallas del frente oriental y del norte de África. Este modelo, llamado Ju-87D, está propulsado por un motor Jumo de 1400 CV que mueve una hélice rediseñada para aprovechar mejor el impulso del potente motor. Con esto puede llevar una bomba de 1400 Kg en la horquilla; la ametralladora trasera de 7.92 alimentada por peine de 75 disparos es reemplazada por un moderno montaje doble de MG 81, también de 7.92. Así equipado, el Stuka vuelve a aterrorizar a soldados y civiles durante la campaña de Rusia, donde los primitivos cazas soviéticos no pueden presentar ninguna resistencia.

Además continúa prestando servicio en otros teatros de operaciones, como Grecia y Yugoslavia, donde el terreno hace imposible el bombardeo horizontal y la resistencia aérea es prácticamente inexistente. En el norte de África acompaña a Rommel hasta que los Spitfires empiezan a llegar desde Inglaterra.

El Ju-87D se mantuvo en producción hasta el año 1944, no hubo ninguna versión posterior, aunque sí se hicieron múltiples variantes, fue adaptado como transporte de suministros, remolcador de planeadores, bombardero nocturno o torpedero. La modificación más conocida, diseñada como anticarro, montaba dos cañones de 37 mm debajo de las alas. Aunque cumplía su misión, debido al exceso de peso de los cañones su maniobrabilidad era pésima y nunca gustó demasiado a los pilotos. Así, la gloria del avión predilecto del Reich fue decayendo a la vez que decaía la gloria del propio Reich.

Hay que reconocer que el Ju-87B ya era un avión anticuado al principio de la guerra, pero su increíble éxito en los comienzos, cautivó de tal manera al alto mando alemán, que se paralizó toda la investigación y desarrollo de otros bombarderos, con lo que un avión tuvo que seguir volando en un cielo hostil, lleno de peligros contra los que no podía defenderse. Pero siguió volando, forjando su propia leyenda, y sólo la llegada del fin de la guerra pudo negarle alzar el vuelo una vez más.


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