El retablo de Gante de Hubert y Jan van Eyck


En una ciudad con tanto patrimonio como posee Gante, el políptico de la ADORACIÓN DEL CORDERO MÍSTICO es la obra que por sí sola ya merece un viaje a Gante. Se encuentra en la catedral de San Bavón y ocupa una estancia relativamente pequeña, las dimensiones reducidas de la sala hacen que la impresión al entrar en ella sea aún mayor: a muy pocos metros de nuestros ojos se extiende la obra cumbre de los hermanos Van Eyck, cuidadosamente protegida por un vidrio.

El tema principal de la obra es la salvación del hombre y la santificación por el sacrificio de Cristo. Y ello a través de 24 tablas, 12 de ellas con el retablo abierto y las otras aparecen al cerrarse (se pueden contemplar por detrás de la vitrina donde se expone). Sus autores fueron los hermanos Hubert y Jan Van Eyck, que firmaron nueve de las tablas. Poco sabemos de la vida y obra de Hubert, que fue el que empezó el retablo por encargo del financiero Judocus Vyd y que murió en Gante en 1426. Está enterrado en la catedral de San Bavón. Su hermano Jan fue el que prosiguió el retablo, pero es imposible saber los fragmentos que pintaron uno y otro.

De Jan van Eyck, nacido en Maaseik, hacia 1385, y fallecido en Brujas en 1441, conocemos mucho más, entre otras cosas porque está considerado uno de los mejores pintores y retratistas del siglo XV, siendo autor de muchas obras que nos han llegado hasta hoy datadas y firmadas y que constituyen, la mayoría de ellas, obras maestras de la pintura. Podemos destacar algunas por su importancia, como Virgen del Canciller Rolin (Louvre, París); Hombre con turbante rojo y El matrimonio Arnolfini (National Gallery, Londres); Virgen del Canónigo Van der Paels y Retrato de Margarita van Eyck (Museo Groeninge, Brujas) o el Díptico de la Anunciación (Museo Thyssen, Madrid). En la misma catedral de Gante se encuentra también otra pintura de Jan van Eyck, San Juan Evangelista, obra de 1432 realizada en óleo sobre panel.




EL RETABLO

Realizado entre 1426 y 1432, el políptico tiene forma de tríptico. Sus puertas están básicamente dedicadas a La Anunciación, aunque en el bajo se ven los retratos de los donantes, Judocus Vyd y su esposa. Pero al abrirlo, el retablo adquiere un esplendor inusual en aquella época. Adán y Eva ocupan las tablas exteriores del nivel superior. Figuras humanas, desnudas y arrepentidas del pecado cometido. A su lado, el grupo de los Ángeles Cantores y los Ángeles Músicos, composiciones grupales que han inspirado numerosas obras posteriores.

La figura central superior ofrece aún hoy un debate sobre si representa a Cristo o a Dios Padre. A su lado la Virgen María y San Juan Bautista. En el nivel inferior los Jueces Íntegros y los Caballeros de Cristo a un lado y los Peregrinos y los Ermitaños en el otro lado. Y el centro de ese nivel lo ocupa el impresionante Cordero Místico, el “Agnus Dei”, rodeado de ángeles y que vuelve su cabeza hacia la Fuente de la Vida. Rodeado por una naturaleza exuberante, a sus pies tiene a los profetas y a los patriarcas, a los apóstoles y a los mártires. Y encima, sobre toda la escena, se cierne el Espíritu Santo.

Comentarios

  1. Que buena Ramón, esta me salió en un examen de historia del arte de la Baja Edad Media. Si te hubiera conocido antes...

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