Marina de Guerra de los siglos XVIII y XIX: Proyectos franceses


    El Directorio revolucionario francés seguía pensando en la invasión de Inglaterra, construyeron un gran número de barcazas y pontones, para trasladar un poderoso ejercito, al mando de Napoleón. Para proteger el paso del convoy, se pensó en reunir a las escuadras francesa, española y holandesa, pero Bonaparte propuso y consiguió posponerlo, dando prioridad a la campaña de Egipto. También se intentó una rebelión en Irlanda, con tres intentos que acabaron en otros tantos fracasos. 

    Con el ejército francés aislado en Egipto y la guarnición maltesa, bloqueada por ingleses y portugueses, los planes franceses fueron que Mazarredo, junto con la escuadra francesa del Mediterráneo, socorrieran ambos puntos. A la vez insistían en que España declarara la guerra a Portugal y exigían la destitución de Godoy. Los franceses obtuvieron el consentimiento español para una expedición hacia Irlanda, otra contra Jamaica, y una más en el Mediterráneo para socorrer a Malta.

Manuel Godoy 

    El 4 de enero de 1799 zarpó de Ferrol, los navíos San Fernando de 90 cañones, los de 74 San Pedro de Alcántara, San Agustín y Menorca, y las fragatas Florentina, Brigida y Paz, al mando del jefe de escuadra don Pedro Obregón, para llevar pertrechos a Canarias, cosa que se consiguió sin ningún problema. 

Real Carlos 

    El 28 de abril de 1799 zarparon también de Ferrol cinco navíos: Real Carlos de 112 cañones, Argonauta de 80, Monarca de 74, San Agustin también de 74, junto con el Castilla de 64 y la fragata Paz, todos al mando del jefe de escuadra don Francisco Melgarejo, con el objetivo de unirse a otra francesa y desembarcar en Irlanda y promover una rebelión. Las tropas de desembarco las mandaba el teniente general don Ricardo O'Farril. Melgarejo fondeó el 7 de mayo, en Rochefort, pero los franceses se habían olvidado del proyecto. Melgarejo pidió permiso para reembarcar, a lo que se opusieron los franceses, entonces acoderó sus navíos en la rada de Aix. El 1 de julio una escuadra inglesa apareció con la pretensión de atacarles. Tres goletas bombarderas lo intentaron, pero sus disparos quedaron cortos. De nuevo lo intentaron, pero se encontraron con que los españoles habían armado sus botes como cañoneras y el ataque fue un rotundo fracaso. 

    Bruix y Mazarredo se encontraban en Brest, el primero mando a Melgarejo aviso con la fragata Carmen y el bergantín Vivo para que se uniera a ellos. Zarpó Melgarejo el 2 de septiembre, pero se encontró Brest totalmente bloqueado, dio media vuelta y regresó a Ferrol. 

    Napoleón había liquidado el Directorio, proclamando el Consulado. Desde su cargo de cónsul proyecto algo que en lo naval era irrealizable : saldrían las escuadras de Brest, para unirse con 4 navíos franceses que se encontraban en Cádiz, socorrerían a Malta, volverían a Tolón y reconquistarían Menorca, para por último dirigirse a Egipto y salvar al abandonado ejército francés. Mazarredo, ahora embajador en París, le hizo ver lo imposible de aquél plan, pero Napoleón ya no pensaba en eso, ahora preparaba su gran expedición terrestre contra Austria en Italia. Que terminaría con su sensacional victoria en Marengo. 

Batalla de Marengo 

    Al regresar de esta campaña ante la petición por parte española, del regreso de la escuadra fondeada en Brest, consiguió la destitución de Mazarredo, obligo a declarar la guerra a Portugal, la llamada Guerra de las Naranjas, y la entrega a Francia de la Luisiana. No conforme con esto exigió la entrega de seis navíos: los Conquistador, Pelayo, San Jenaro, San Antonio, Intrépido y Atlante, gratis con el pretexto de que los españoles no tenían marineros para tripularlos. 

    Mientras tanto se habían producido otros combates. Uno de ellos fue el audaz ataque británico a Ferrol el 25 de agosto de 1800. Cinco navíos (uno de tres puentes), cinco fragatas y bastantes menores, al mando del contralmirante Warren, y con un cuerpo de desembarco de unos 8.000 hombres, tenían como objetivo, destruir la escuadra allí fondeada y el arsenal. Dada la alarma, Melgarejo y don Juan Joaquín Moreno, organizaron la resistencia. El capitán de navío don Ramón Topete, al mando de 500 hombres, subió a las alturas de Brión y La Graña, para vigilar al enemigo. 

    Los atacantes habían fondeado en las playas de Doñinos y Los Ríos, y ya por la tarde iniciaron el ataque sobre La Graña, dirigiéndose la vez hacia el castillo de San Felipe, con la intención de tomarlo por la espalda, pero se pudo frenar el ataque, aunque si pudieron apoderarse de la población de La Graña. Todo parecía perdido para los que defensores, pero los británicos no opinaban igual, y ante el temor de que llegaran refuerzos desde el interior, decidieron retirarse y reembarcar, la noche del 26.

Playa de Doñinos 

    La expedición británica se unió a la altura de las Cíes, con la del almirante Keith y general Abercromby, reuniéndose 22 navíos, 37 fragatas, corbetas y menores, más 80 transportes con 18.000 hombres de desembarco. El 4 de octubre avistaron Cádiz, pidiendo su rendición al gobernador de la plaza, general don Tomás Morla. Este les contesto que la ciudad sufría una epidemia de fiebre amarilla, apelando a su humanidad. Esto fue tomado por los ingleses como u a debilidad, exigiendo la destrucción del arsenal, y la entrega de la flota, a lo que Morla contestó que estaba dispuesto a la defensa hasta "los más terribles esfuerzos”.

La Graña 

    Los ingleses se hicieron a la vela puesto que, su verdadero objetivo era poner punto final al aislado ejército francés en Egipto, y no tenían tiempo que perder. Derrotaron al ejército francés, aún con la perdida de Abercromby.

Comentarios

Entradas populares