Miguel Ricardo de Álava y Esquivel. 11º Presidente en 1835

Tercer Presidente del Consejo de Ministros durante la Regencia de la reina María Cristina de Borbón (1833-1840), desde el 14 de septiembre de 1835 al 25 de septiembre de 1835.



    Nacido en Vitoria el 7 de febrero de 1771 y muerto en el Balneario de Barèges (Francia) el 14 de julio de 1843. Era hijo de Pedro Jacinto de Álava y Navarrete y Manuela de Esquivel y Peralta, recibió la primera educación en el Seminario de Vergara y entró pronto a servir como cadete en el regimiento de Sevilla, de donde pasó después a la Marina. Peleó en Trafalgar, donde obtuvo el ascenso a capitán de fragata. La Marina le nombró representante en la Junta Española de Bayona, y en tal condición asistió a todas las sesiones de la misma, del 15 de junio al 8 de julio de 1808; además, fue uno de los firmantes del llamado Estatuto de Bayona.

    Siempre en el campo afrancesado, estaba en Madrid cuando el rey José tuvo que abandonar la capital; entonces se presentó a Castaños, quien le integró en el ejército con el grado de teniente coronel, agregado al regimiento de las Órdenes Militares. En 1809, ya como coronel, empezó a servir de intermediario entre Wellington y los jefes militares españoles, al año siguiente se incorporó al Estado Mayor del general británico. Fue autor de una carta al brigadier Diego Barco, de entonces arranca la gran amistad entre los dos. Álava sirvió toda la guerra con Wellington, acompañándole en varias batallas y en la visita del inglés a Madrid en mayo de 1814, el mismo año que fue ascendido a Teniente general.

    En 1812 publicó un Manifiesto en favor de los afrancesados, tanto soldados como oficiales, que acompañaron al Intruso de Madrid a Segovia. Con el cambio de régimen político español, y a pesar de la recomendación de WellingtonFernando VII, antes de final de año, Álava fue encarcelado, lo que provocó la indignación de Wellington y de su hermano, Wellesley. En 1815 Álava recibió una misión en París, en donde se hallaba Wellington de embajador, y al llegar se incorporó, una vez más, a su ejército, combatiendo a su lado en Waterloo.

    En 1815 fue nombrado embajador en La Haya, en donde estuvo hasta 1820. Partidario de la revolución de ese año, fue diputado por Álava en las Cortes de 1822-1823. Su correspondencia le muestra como un sincero liberal, nada extremado, que piensa que la revolución revitaliza España sin hacer daño a nadie; añade también que los sucesos de España son un modelo para los pueblos.

    A comienzos de 1823 fue la persona de confianza de lord Fitz-Roy Somerset, enviado por Wellington a Madrid para lograr del gobierno español una modificación de la Constitución. Pero cuando en 1823 llegaron las notas ofensivas de las potencias y San Miguel contestó con firmeza, Álava lo aprueba, y en la carta a Wellington le dice que España está dispuesta a repeler la fuerza con la fuerza, al mismo tiempo confía que la Gran Bretaña no podrá permanecer neutral ante el ataque francés contra España, esperanza de la que muy pronto le desengañará Wellington.

    Álava siguió a las Cortes en su marcha a Sevilla y a Cádiz, donde fue uno de los votantes de la deposición temporal del Rey el 21 de junio de 1823, e incluso fue seleccionado para formar parte de la comisión que debía proponer los nombres de los regentes: Valdés, Ciscar y Vidoget. Ya para entonces parece que Álava negociaba entre AngulemaFernando. El 27 de mayo de 1823, Wellington le escribió para ofrecerle asilo en Hampshire o en Niza o en Toscana, ofrecimiento reiterado meses más tarde. Álava se mantuvo en Cádiz hasta octubre, fecha en la que con la protección de las autoridades francesas embarcó en dirección a Gibraltar; desde allí escribe a su gran amigo. Después, se trasladó a Inglaterra, país en el que fue recibido en las más altas esferas tanto de la sociedad londinense como de los medios diplomáticos y militares. Vivió incluso en la propia casa de Wellington, hasta que éste fue hecho primer ministro.

    Hacia 1828 se trasladó a la localidad francesa de Tours, por razones de clima, lo que no disminuyó sus ansias de renovación constitucional española. En 1830 se menciona su nombre junto con los de Mina y Torrijos, para dirigir una expedición militar contra la península; no aparece, en cambio, su nombre, en las disensiones de los emigrados de estos años. Regresó a España en 1833, y tuvo escaño como representante del estamento de próceres. Cuando a finales de 1834 Wellington formó gobierno participó brevemente y después en el dirigido por sir Robert Peel, Álava fue nombrado embajador y negoció en tal condición el Convenio Eliot. Tras ser de nuevo embajador en Inglaterra en 1840-1841, se retiró después a la vida privada. 

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