Francisco de Asís de Borbón, esposo de Isabel II


    Nacido en Aranjuez el 13 de mayo de 1822, hijo del hermano de Fernando VII, Francisco de Paula, duque de Cádiz, y de su primera esposa, Luisa de Borbón, hija de Francisco I de las Dos Sicilias. Duque de Cádiz y al mando de un regimiento de caballería, hasta su compromiso con su prima Isabel. La boda real se celebró en Madrid el 10 de agosto de 1846. Con este matrimonio Francisco adquirió los títulos de Rey y Majestad. En el ámbito militar, adquirió el rango de Capitán General del ejército español. En el régimen constitucional español, el rey consorte sólo tenía facultades ejecutivas honoríficas. Uno de los actos más importantes en los que participó como rey fue presidir la inauguración del madrileño Canal de Isabel II. No participó de manera activa en la política del país y tan sólo cabe destacar algunos enfrentamientos con Narváez. Su carácter fanáticamente clerical le aproximaba al carlismo, lo que le llevó a declararse favorable a una solución de compromiso para la guerra carlista, mediante una unión dinástica.

    Pronto surgieron las desavenencias entre Francisco de Asís e Isabel II. La marcada tendencia homosexual de Francisco era del todo incompatible con la vehemencia sexual demostrada por su esposa. Ambos llevaron, durante frecuentes y prolongados períodos, vidas del todo separadas.


    A pesar de su escasa influencia política, la presencia en la corte de Francisco de Asís sirvió para fortalecer la posición de la camarilla clerical que rodeaba a Isabel II. La monja sor Patrocinio y el padre Claret asumieron la guía de los monarcas en todas las cuestiones que afectaban al país.

    La Revolución de Septiembre de 1868 acabó con la monarquía de Isabel II y Francisco de Asís. Fueron expulsados del país, refugiándose en Francia. En marzo de 1870, Isabel II y Francisco de Asís se separaron definitivamente de manera amistosa, apenas dos años después de salir de España. Francisco de Asís fijó su residencia en París, donde viviría hasta el fin de sus días, llevando una tranquila vida de contemplación y beneficencia. Se retiró prácticamente de la vida social y dedicó la mayor parte de su tiempo a la lectura, el coleccionismo y las obras de caridad. La muerte le sobrevino en el Palacio de Epinay el 17 de abril de 1902. Fue enterrado en el Panteón de los Reyes del Monasterio de El Escorial, como correspondía a su rango.




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