Berenguela de Barcelona, primera esposa de Alfonso VII


Nacida en Barcelona en 1108, era hija del conde de Barcelona Ramón Berenguer III y de doña Dulce, condesa de Provenza. Casó en 1128 con el rey de Castilla Alfonso VII, enlace que suponía una alianza contra Alfonso I el Batallador. Contrajo una gran amistad con Sancha, hermana del rey, llegando a ser ambas sus principales consejeras.

En 1139 fue la responsable de una heroica resistencia en Toledo. Habiendo partido el emperador al sitio del castillo de Aurelia, encargó a su esposa la defensa de la ciudad. Pero la campaña se alargó demasiado y Toledo fue sitiada por el emperador de Marruecos, que había acudido con un ejército de 30.000 hombres. La reina reunió un pequeño ejército, pero, consciente de su inferioridad, decidió intentar una jugada diplomática para tratar de evitar la lucha. Envió un mensajero al campo enemigo, portando una carta, que, según la crónica de Alfonso VII, decía lo siguiente: "¿No conocéis que es mengua de caballeros y capitanes esforzados acometer a una mujer indefensa cuando tan cerca os espera el emperador? Si queréis pelear id a Aurelia y allí podréis acreditar que sois valientes, como aquí dejar demostrado que sois hombres de honor si os retiráis". Los musulmanes quedaron impresionados por la nobleza de la reina y levantaron inmediatamente el cerco, marchando a luchar contra Alfonso. Cuando el alcaide de Toledo, Nuño Alfonso, entró victorioso en la ciudad portando las cabezas de los emires de Sevilla y Córdoba, las mandó colgar de las torres del alcázar, pero la reina se apiadó, ordenando que las embalsamaran y enviándoselas a sus viudas en cofres de oro.

Es recordada doña Berenguela como una prudente reina que sacrificó sus sentimientos,consciente de sus graves responsabilidades como soberana. Cuando de las infidelidades de su esposo con la noble asturiana Gontrada Díaz nació una hija, doña Urraca, la reina perdonó a su esposo y quiso ganárselo mediante el cariño para no comprometer altos intereses. Cuando Urraca casó con el rey de Navarra García el Restaurador, doña Berenguela se encargó de preparar los esponsales con gran pompa y asistió, dando gran realce a la ceremonia.

Su muerte fue muy lamentada, según los historiadores de la época, el año 1149 fue usado en los documentos como punto de partida para fechar los acontecimientos, bajo la fórmula "año en que falleció la señora emperatriz". Doña Berenguela tuvo dos hijas: Constanza y Sancha. Fue madre también del infante Sancho el Deseado, que murió durante la niñez. El cuerpo de la reina reposa en la capilla de las Reliquias de la catedral de Santiago.



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