Alfonso XII, rey de España desde 1874 a 1885

    Nacido en el Palacio Real de Madrid, el 28 de noviembre de 1857, era hijo de Isabel II y el rey consorte Francisco de Asís y Borbón. A los once años tuvo que exiliarse junto a toda su familia, ya de pequeño, dio muestras de ser enfermizo y propenso a los resfriados, tenía un carácter dócil, sencillo y leal, que le hizo ser muy querido. Posiblemente Alfonso XII ha sido el monarca más querido y amado por sus súbditos. El exilio de Alfonso duró seis años, en un principio en Paris, hasta que en 1869 se traslado a Roma, bajo la protección de su padrino, el papa Pio IX, y ese mismo año a Viena, para estudiar en uno de los colegios mas aristocráticos de Europa, el Theresianum, donde permaneció tres años.

    En España el fracaso de la monarquía demoliberal de Amadeo de Saboya, la tercera Guerra Carlista, la revuelta cantonal y la insurrección cubana, hicieron que los antiguos moderados y unionistas, encabezados por Cánovas del Castillo, comenzaran a pensar en la restauración borbónica. Dicha restauración no era posible con Isabel II, convenciéndola Cánovas para que abdicara en favor de su hijo, cosa que hizo el 25 de junio de 1870.

    Cánovas del Castillo que se había hecho cargo de la educación de Alfonso le envió a Inglaterra, a la academia militar de Sandhurt. Con motivo del decimoséptimo cumpleaños del príncipe, Cánovas del Castillo preparó la lectura pública del Manifiesto de Sandhurst por parte del príncipe, era toda una declaración de intenciones del programa que llevaría a cabo el futuro rey en caso de que los españoles le llamaran para ocupar el trono. En este documento Alfonso prometía una monarquía restaurada. El 3 de enero de 1874, el general Pavía irrumpió en las Cortes, cuando éstas votaban la elección de un nuevo presidente republicano, toda vez que Emilio Castelar había dimitido, obligado, por los disturbios que asolaban al país. Se formó un gobierno provisional comandado por el general Francisco Serrano basado en una indefinición y ambigüedad que hizo que el final de la Primera República española se acelerase. Este hecho se produjo el 29 de diciembre de 1874 con el pronunciamiento militar de viejo corte isabelino, a cargo del general Martínez Campos en Sagunto, proclamando por su cuenta a Alfonso XII como rey de España. El 30 de diciembre se constituyó un nuevo gobierno provisional por Cánovas del Castillo.

    El 9 de enero de 1875 entraba Alfonso XII en Barcelona y el 14 de ese mismo mes en Madrid. El recibimiento fue inenarrable, solo superado por el de su abuelo Fernando VII en 1814. El reinado de Alfonso XII fue el más tranquilo de todo el siglo XIX español, dejó obrar a los políticos, reinando constitucionalmente con un exquisito tacto, desde el año 1883 empezó a intervenir activamente en los asuntos de Estado, siempre en un papel de árbitro. Su muerte prematura impidió constatar el alcance y los resultados. Como militar mandó con gran éxito las tropas reales en la tercera guerra carlista. Gracias a su presencia, las tropas reales, pudieron reagruparse en torno a un ideal y preparar a fondo una gran campaña ofensiva. La campaña terminó victoriosamente en el año 1876, con el problema del carlismo resuelto definitivamente. También se logró zanjar la peligrosa insurrección cubana con la Paz de Zanjón en el año 1878.

    Alfonso XII se casó dos veces. El 23 de enero de 1878 con su prima, doña María de las Mercedes de Orleáns, hija de los duques de Montpellier, cinco meses después moría la reina, a la edad de diecisiete años. En octubre de 1878, Alfonso XII sufrió un atentado del que salió indemne y el 29 de noviembre, presionado por el gobierno, Alfonso XII contrajo nuevamente matrimonio con la archiduquesa María Cristina de Habsburgo-Lorena, con la que tuvo dos hijas, las infantas María de las Mercedes y María Teresa. Aún sufriría un atentado más en 1879 del que también salió ileso. En 1883 su salud comenzó a dar síntomas preocupantes; su eterno catarro derivó en una tuberculosis profunda que le hizo postrarse en cama. Alemania trató de ocupar las islas Carolinas, que en aquel momento eran españolas, provocando un incidente entre los dos países que se saldó a favor de España con la firma de un acuerdo hispanoalemán en 1885, aunque implicó la pérdida de las islas Marshall en favor de los germanos, así como el derecho de establecer una base naval en las Carolinas.

    Todo el año de 1885 fue un lento declinar de la salud del rey, su estado se agravó de tal modo que acabó muriendo el 25 de noviembre. La reina María Cristina quedaba encinta, demorándose toda decisión en cuanto a la sucesión. Por fin, nació un niño que reinaría con el nombre de Alfonso XIII.